Daddy Yankee en la Quinta Vergara
VIÑA DEL MAR, Chile - El rapero puertorriqueño Daddy Yankee pasó como un huracán caribeño en plena costa chilena, desatando la euforia en la penúltima noche del Festival de Viña del Mar cuando, a bordo de un trono, desembarcó en el escenario de la Quinta Vergara con el pegajoso ritmo del reggaetón.
Cuando llegó a Viña del Mar, Daddy Yankee prometió hacer bailar y lo cumplió: Gasolina, Métele candela, Dale caliente y Lo que pasó pasó provocaron sudor y lágrimas entre la joven audiencia de la noche, que esperó ansiosamente la aparición del puertorriqueño en el escenario de este balneario 110 km al oeste de Santiago.
Sobre un trono, cargando numerosas y vistosas joyas de oro y con un atuendo varias tallas más grande, el rapero cerró la noche más concurrida del Festival, con un público que bailó y cantó hasta las tres de la madrugada cada uno de los hits del exitoso disco Barrio Fino (2004).
Gran parte de los espectadores vestían como su ídolo: pantalones anchos, zapatillas, jockeys y pañuelos.
En otro sector frente al escenario al aire libre de la Quinta Vergara, miembros de la Defensa Civil y la Cruz Roja atendían a numerosas jovencitas por ataques de histeria y algunos heridos, víctimas del delirio colectivo que desató el boricua en su paso por Viña del Mar.
Los 20.000 espectadores, en la noche más desenfrenada del certamen, lo premiaron con las 'antorchas' de plata y oro y también con la "Gaviota de Plata".
"Un saludo a la clase obrera porque Daddy Yankee viene de abajo", dijo el rapero cuando terminó su show, pasadas las tres de la madrugada.
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